Paleolítico

Los vestigios más antiguos de ocupación humana en el valle del Cúa datan del Paleolítico. Estos se componen en su totalidad por las industrias líticas en cuarcita procedentes de las terrazas fluviales del río Cúa, fechados por tipología desde finales del Paleolítico inferior a comienzos del Paleolítico medio. La colección está formada por diferentes tipos de herramientas, como los bifaces, hendedores, perforadores y raederas, cada uno con sus propias características y formas de uso.

Los grupos nómadas de cazadores-recolectores de estas cronologías, tanto de Homo heidelbergensis como Homo neanderthalensis, fabricaron estas herramientas para aprovechar los ricos recursos del territorio berciano, mejorando las posibilidades de supervivencia.

Prehistoria reciente

Uno de los cambios más importantes de la historia de la humanidad fue la capacidad de producir de alimento, cambiando las sociedades de cazadores-recolectores a agricultores y ganaderos, dando inicio al Neolítico. Con el tiempo, se inicia también un proceso paulatino de sedentarización de los grupos humanos y el desarrollo de nuevos materiales, como la cerámica y, posteriormente, los metales (Calcolítico y Edad del Bronce).

En el municipio de Cacabelos no hay vestigios, por el momento, de ocupaciones humanas durante este periodo. Sin embargo, a pocos kilómetros río arriba, se encuentran algunas de las estaciones de arte rupestre esquemático más importantes del noroeste de la Península Ibérica, como Peña Piñera (Sésamo, Vega de Espinareda). Estas pinturas, realizadas durante la Edad del Bronce, han sido objeto de reproducción por parte del Museo Arqueológico de Cacabelos, y son visitables en la exposición permanente.

Cacabelos y el territorio Astur

La Edad del Hierro, la última de las etapas de la Prehistoria en el noroeste de la Península Ibérica, inicia en torno al S. X a.E.C. Son pocos los datos en la zona de asentamientos fechados con anterioridad el S.VI a.E.C., momento en el que se documenta la presencia de grupo conocido como los Astures. Su extenso territorio abarcaba la actual Asturias, así como parte de León, Zamora, Ourense, Lugo y Bragança.

El origen de los Astures es local, aunque con una relación cultural similar a otros pueblos del norte peninsular (Galaicos y Cántabros), centroeuropeos y atlánticos, en contraposición a las culturas mediterráneas coetáneas. Su sistema de poblamiento se realizó en torno a los castros, generalizado por todo el Noroeste Peninsular, que son asentamiento, normalmente en altura, provistos de muralla, foso y/o terraplén, controlando el entorno al tiempo que protegían sus viviendas. Éstas, de planta circular, se construían con piedra, madera y cubierta vegetal. Era una sociedad eminentemente matriarcal, con una economía de subsistencia basada en la ganadería, generalmente ovina y vacuna, y la agricultura, con cereales como el trigo y la cebada. Su subsistencia se completaría con la caza y la recolección, especialmente de las bellotas. Los enterramientos se realizaban, por norma general, mediante incineración, depositando las cenizas en una urna y con un ajuar, que podía estar compuesto por armas, joyas, piezas cerámicas, etc.

 

LA CONQUISTA ROMANA

CONQUISTA Y ROMANIZACIÓN.

La conquista y posterior ocupación de este territorio traerá no solo nuevas formas de vida, sino también nuevos modos de explotación agrícola o minera y la creación y consolidación de vías de comunicación.
La conquista romana de la Península fue un largo y duro proceso al que puso fin Augusto durante las Guerras Cántabro-Astures (26 al 19 a . C.). En éstas participaron dos ejércitos romanos, el de la Citerior dirigido por el emperador y el de la Lusitania por Carisio. Instalados en campamentos que formaban una auténtica frontera al sur de la Cordillera Cantábrica (Petavonium, Asturica y Legio) sometieron a los pueblos del Norte combatiendo y pactando con los grupos indígenas que aceptaban unirse al Imperio.
La tábula de bronce descubierta en Bembibre desvela, precisamente, un edicto de Augusto producido durante estas guerras. La importancia del documento radica en la información que proporciona sobre la organización de los astures, además de aludir a la provincia Transduriana (hasta ahora desconocida) y mencionar otros pueblos indígenas, como susarros y gigurros.
División administrativa y vías de comunicación
Al finalizar las guerras los romanos reorganizaron el territorio para poder controlar a la población y sobre todo las explotaciones mineras. El territorio astur quedó englobado en el ConventusAsturum, con capital en Asturica Augusta. Nuevas divisiones llevarán a incluirlo en la provincia independiente de Gallecia.
Esta reorganización del territorio conlleva la dotación de una red de calzadas que facilita la explotación y el transporte de los recursos agrícolas y mineros, así como la comunicación con el resto de la Península y la integración en el Imperio.
La ViaNova , o ruta minera, se adentraba en la actual provincia de Orense. Fue inaugurada en el año 79, con una función eminentemente económica, ya que unía las explotaciones mineras. Hasta nosotros ha llegado llena de singularidades: se extiende entre una orografía imposible, posee más de 280 miliarios, es la más señalizada de todo el Imperio y destacan en su entorno viaductos y monumentos como Santa María de Entrimo, Santa Comba de Bande, el Monasterio de Celanova, torres defensivas, villas…
BERGIDUM FLAVIA.LA EDRADA.
En el siglo I d.C. surgen nuevos asentamientos en llano que cumplen una función intermedia entre las grandes capitales y el entorno rural, cuajado de numerosas villae o granjas agrícolas.
Los restos arqueológicos del yacimiento de La Edrada responden a un importante asentamiento romano del siglo I al V, que bien pudiera identificarse con la mansión viaria de BergidumFlavium . Aunque aún sigue guardando muchos secretos, parece tratarse de un importante centro administrativo, con unos habitantes muy romanizados y vinculados a la aristocracia, como revelan los numerosos testimonios epigráficos.
Actualmente La Edrada es un interesante yacimiento visitable, localizado junto al cementerio. Se le calcula una extensión de unas 31 ha .y, si bien sus orígenes pudieron ser los de una mansio (serie de establecimientos que dan servicio a la vía), sucesivas campañas arqueológicas han puesto de manifiesto la existencia de una organización urbana más acorde con un enclave importante. Así, descubrimos potentes muros relacionados con edificios públicos, estructuras de habitación, restos de pintura mural, baños, una cloaca, inscripciones epigráficas y multitud de cerámicas y vidrios.
Entre los romanos, la escritura fue signo de distinción, manifestación de lujo y expresión de poder. En BergidumFlavium, familias y ciudadanos influyentes dejaron constancia de su quehacer, sentimientos o creencias en las inscripciones, grabando sus nombres propios, de poblaciones y de dioses del panteón indígena y romano. El pueblo romano permitía gran libertad de cultos. Astorga (Asturica Augusta) era la sede del culto al emperador para el convento astur. Adorar al emperador facilitaba la integración y el ascenso dentro de las élites locales; en Bergido Flavio encontramos lápidas y aras que dejan constancia del politeísmo que practicaban. Se adoraba a los dioses romanos Júpiter, Ninfas Camenas y Lares; a los dioses asimilados, como Tutela Bolgensis, y a las divinidades indígenas como la Diosa Degantia. La pervivencia de los cultos locales se justifica por el lento proceso de romanización de los pueblos indígenas
LA CRISIS DEL IMPERIO.
La caída del comercio, la crisis monetaria, la decadencia del gobierno y del ejército llevan al empobrecimiento de las ciudades y a la crisis del mundo romano, iniciando la transición hacia la Edad Media.
Las ciudades, ante el aumento de la inseguridad, se pliegan sobre sí mismas y levantan poderosas murallas para protegerse de los pueblos invasores germanos. Del siglo III son las murallas de Lugo, Astorga y Castro Ventosa.
En el siglo V los suevos y vándalos siembran la destrucción en tierras bercianas y Gallaecia. En el siglo VI los visigodos anexionan el territorio y establecen nuevas formas de organización social y religiosa.
No obstante, Castro Ventosa, con sus potentes murallas, se mantendrá durante siglos como la capital del Bierzo.
BERGIDO.CASTROVENTOSA

Castro Ventosa es un oppidum o asentamiento fortificado, considerado uno de los castros más importantes del Noroeste Peninsular.
Poblado desde el Bronce Final llega hasta los primeros siglos de la Edad Media , identificado históricamente con la Bergida prerromana y con la ciudad medieval denominada, indistintamente, Bergido y Ventosa.
De su organización interna poco sabemos y, en la actualidad, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas realiza un proyecto de investigación arqueológica en el castro.
El vestigio más llamativo de Castro Ventosa es su muralla. Construida hacia finales del siglo III o principios del IV d. C., conserva 1.136 m .de perímetro, muros de 4 m . de espesor y 8 de altura, 14 torreones y dos puertas de acceso, la Puerta del Sol (aún enterrada) y la Puerta del Viento. Éstas, orientadas al este y oeste, hacían que los caminos coincidieran con la dirección de la vía Augusta y la vía Nova.
La muralla de Castro Ventosa está declarada Monumento Histórico desde 1931 y constituye hoy uno de los mejores.

EL NACIMIENTO DE CACABELOS

Un nuevo mundo se abre en el medievo. Desde el siglo X son frecuentes las luchas por los terrenos y los tronos y las fundaciones religiosas, apoyadas por los regentes, sirven para fijar las estructuras de población y los sistemas de producción. Fruto de este reparto de tierras y fundaciones monásticas se van consolidando los núcleos de población. Surgen, también, nuevos caminos que facilitan el desarrollo de los municipios y, entre ellos, el de Santiago se convertirá en una importante vía de penetración de ideas y gentes, a las cuales hay que dar acogida y refugio, no solo para el cuerpo sino también para el espíritu.
Durante el dominio visigodo Castro Ventosa continúa como capital del Bierzo hasta el siglo VII. Sin embargo, a comienzos del siglo VIII el ejército musulmán llega a la Gallaecia siguiendo la vía romana y asola el territorio. Castro Ventosa comienza una lenta decadencia y progresivo abandono a favor del burgo o villa de Cacabelos. El castro nunca más vuelve a repoblarse, autorizando Alfonso IX en 1210 su arrasamiento y el empleo de la piedra en la construcción del Monasterio de Carracedo.
El nacimiento de Cacabelos y la prosperidad medieval
El nombre de Cacabelos aparece por primera vez a finales del siglo X y, en 1108, la Historia Compostelana (año de 1108) atribuye a Diego Gelmírez, obispo de Santiago, la repoblación y la consagración de su iglesia. Cacabelos conoce desde entonces su máximo esplendor, construyéndose puentes, fuentes, hospitales para peregrinos -como los de San Lázaro y Santiago y Sta. María de la Plaza , levantada en estilo románico, apenas ha llegado a nuestros días.
Los señoríos dominan la economía medieval, eminentemente agropecuaria, aunque no son ajenos a las influencias llegadas por el Camino de Santiago que facilitan, en gran medida, la plena configuración de muchas de las villas bercianas. A finales del S. XV Cacabelos se integra en el Señorio de los Marqueses de Villafranca.
Pocos restos quedan del Cacabelos medieval. De la iglesia de Santa María que fundó Gelmírez, tan sólo el ábside. Del puente sobre el Cúa unos restos en su margen izquierda. Del urbanismo, su estructura en espina de pez, la Calle de Santa María y Las Angustias que corres-ponden al Camino de Santiago. En los extremos se localizaban las puertas de la cerca, la de Cimadevilla y la de San Andrés. Existe constancia también de un barrio judío desde el siglo XII hasta 1492.
El Camino de Santiago
El Camino de Santiago en Cacabelos recorre cinco Km. hasta Pieros. Las villas se vuelcan en la acogida al peregrino surgiendo albergues, hospitales, ermitas e iglesias. La buena asistencia y el fácil paso que ofrece el Cúa a través de su puente mayor, convirtieron a Cacabelos en un punto de referencia fundamental en el Camino Francés, de ahí que todos los itinerarios de peregrinación importantes lo citen como final y principio de etapa.
Acoger al peregrino
El Camino de Santiago es mucho más que un camino, es una vía de introducción de ideas y culturas. Nexo de unión con el resto de Europa, ha facilitado el crecimiento y desarrollo de los municipios por los que pasaba. Pero nada sería del Camino sino fuera por las gentes que lo recorren. La atención al peregrino ha sido desde el medievo la razón de ser de muchos pueblos. Es aquí donde la figura del peregrino toma cuerpo, su camino independientemente de sus motivaciones y objetivos se convierte en la mejor propaganda para los municipios por los que pasa, de la atención que a ellos les demos dependerán las opiniones que sobre nosotros se viertan.
Edad Moderna

Cacabelos en la Edad Moderna es una villa rica, con una población de casi 1.000 vecinos sólo superada por Villafranca. La economía eminentemente agrícola goza de gran esplendor, a pesar de que el poder y las tierras continúan en manos de los señores, sobre todo del Marqués de Villafranca y de los monasterios.
El desarrollo de las industrias del metal y los tejidos, las mejoras económicas y el auge del comercio en sus ferias y mercados locales, motiva ciertas mejoras sociales que conllevan el desarrollo y la renovación urbana. De las ferias, que dan salida a los excedentes agrícolas y ganaderos, destacan las de San Miguel, San Marcos y San Bartolomé y, en relación al Camino de Santiago, Cacabelos dispone desde el siglo XVI de tres hospitales, a los que se unirán poco después los de Alfonso Cabirto y el de Santa Catalina.
La nobleza hidalga se encarga de realizar las transformaciones urbanas que han llegado hasta nuestros días. Son las casas palacio o casas solariegas de la Calle de Santa María y las Angustias. Su singularidad forma parte de la arquitectura más artística del Bierzo, siendo el símbolo más claro del poder de las familias. De corte austero y excelente sillería, la decoración se centra en la fachada principal, donde se sitúa la puerta de acceso a carruajes y, sobre ella, la balconada con el escudo de armas.
Toda esta prosperidad, sin embargo, se verá muchas veces truncada por sequías, hambrunas o epidemias. Durante el Antiguo Régimen, Cacabelos y El Bierzo, en general, viven un panorama de desigualdades sociales y económicas entre coyunturas de bonanza y regresión, sucediéndose momentos de recuperación demográfica, como la experimentada a finales del siglo XVII, y situaciones críticas como la Guerra de Sucesión de 1702-1713.